V Taller Preadolescentes 2020
Comenzó el taller Inteligencia Emocional viernes por la tarde.
Que rollo ¿ Dónde estoy?
Voy a hablar como si fuera un Adolescente.
Me senté en el suelo y sin oír nada me aburría.
Concha se presentó y a continuación una ristra
de personas nos dijeron que nos iban a cuidar.
Concha empezó a hablar, bla, bla, bla………y yo
Sólo me decía, ¿Qué hago aquí? Y a la misma vez
que más da!, ya estoy aquí, y poco a poco me iba
relajando. Conjugué muchos verbos jugué, comí,
escuche, escribí, compartí y hasta actué.
Por segundos ví y sentí la transformación que
estaba ocurriendo en mi cuerpo, y mis emociones
se iban calmando.
Concha muy sutilmente nos iba dando “claves” y
no necesariamente. ”la clave de sol”, pero de alguna
manera notas musicales iban entrando en mi tímpano
y a medida que pasaban los minutos, claves viajaban
por el estribo, martillo y yunque llegando finalmente
a la coclea donde resonaban todas las claves que nos
iba dando.
¿Quién me lo iba a decir que me estaba sintiendo a gusto?
Lo que estaba experimentando era algo nuevo, era como
cuando estrenas zapatos, que al comienzo te hacen daño,
y yo creía que aquí me exponía iba a sentir lo mismo, pero
no sentí “dolor”, sino “placer” sobre todo el segundo día,
cuando me podía sentar no en el suelo si no en una “silla”.
Se habló del miedo y yo vine cargadito de ellos, ni siquiera
miraba a los ojos, me sentía como una casa, mis ventanas
cerradas estaban y poco a poco se iban abriendo con las
claves que Concha nos iba dando, entraba la luz a mi mente
y a mi corazón.
Secretos contamos y en mi corazón sentí liberación me dí cuenta
Que tomar la acción era lo mejor.
Este taller me ha proporcionada el poder manejar la relación conmigo,
contigo y con todo el que se cruce en mi camino.
Que importante es no quedarme con el envoltorio, que lo mejor está
dentro que cooperar es contribuir a que yo esté mejor, que hablar es
importante y que tengo derecho y eso me
ha gustado porque yo pensaba que los derechos eran de otros.
Que no soy el único con problemas, que los problemas se pueden
resolver.
Hubieron ejercicios prácticos donde iba deshaciendo nudos
que en mi garganta yo traía.
Me aclaré muchas dudas.
Una “Super clave”, entender las reglas de los otros me evita la mayor
parte del dolor en mi vida y aumentará mi felicidad.
Me llevo amigos, me llevo mi mochila casi vacía ( o sea de miedos,
enfados, pataletas, rabia y mucho más).
Ha sido un viaje express, vine encogido y me voy expandido.
Gracias a todos mis compañeros por aceptarme tal como soy, y
Gracias a los asistentes y a Concha.
Esperanza Milagros Aguilar
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