XIII SEMINARIO REGALO DE CORAZÓN (26-30 NOVIEMBRE 2014)
El
domingo 30 de noviembre, a última hora de la tarde, 69 participantes,
20 asistentes y el facilitador, Basilio Christou, en el salón de un
hotel, habían creado magia. Una magia que flotaba en el ambiente, que
se podía percibir por todos los sentidos, casi palpar, y se veía
reflejada en el rostro de cada uno de los allí reunidos. Una magia que
creíamos perdida y que descubrimos que tan sólo habíamos olvidado...
Ese maravilloso y magnífico final aconteció tras cinco días de
vivencias y emociones compartidas. Ese domingo, las caras de esas
personas hace cinco días desconocidas eran muy distintas a las de ese
miércoles 26 de noviembre, cuando se encontraron y se vieron por
primera vez.
Y como todo buen final, necesita de un buen desarrollo y de un buen
inicio. Desde el primer día, las ganas de que algo cambiara en las
vidas de los presentes en ese salón se podían advertir en su animada
participación y colaboración. En el transcurso de los días, el ánimo
iba creciendo a medida que lo hacía la confianza. Las voces silenciadas
comenzaron a escucharse, dejando atrás los miedos y sintiéndose en
libertad. Las emociones y los sentimientos transmitidos por las
palabras de uno eran compartidos por el resto. Todas las voces parecían
armonizar en una sola. Las bocas no sólo hablaban, los corazones habían
recuperado escucharlas, compartirlas, sentirlas y hacerlas comunes. La
alegría y la esperanza, las ganas de vivir y de agradecer a la vida
habían regresado y se habían instaurado en el corazón de todos, un
corazón que comenzó a latir y sentir al unísono. Se podía saborear,
escuchar, ver, tocar, vivir vida.
Y ya son trece los Seminarios responsables de crear esta magia. Mil
gracias a todos los que la habéis hecho posible. Vamos a por el
decimocuarto. Y a por los siguientes. Muchos más… Aún queda mucha magia
por descubrir, y por compartir.
Jorge Blánquez
Asistente en el XIII Seminario Regalo de Corazón
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